Yo jugaba, nosotros jugábamos, ellos APENAS juegan…; la triste realidad para muchos niños en los países industrializados es que pasan tantas horas en la ruta escolar, sentados en pupitres, en comedores y actividades extra escolares o deportivas, que ya no tienen tiempo de jugar. O ya no lo tienen para jugar libremente, sin que nadie les dirija ni supervise, que les diga “cómo jugar”.
Nos hemos olvidado de los beneficios que el acto de jugar tiene para la infancia, lo hemos olvidado porque es la ausencia de esas ventajas la que nos indica que algo va mal, y quizás solo lo noten los niños.
Pero sí, jugar es muy saludable, y no porque lo diga yo o porque lo hayáis escuchado de boca de algún experto. Lo es porque contribuye al desarrollo de habilidades que de otra forma no se adquirirían, y porque va ligado de forma natural al comportamiento infantil. Jugando se aprende, se socializa, se ejercitan los músculos, y mucho más. Seguid leyendo si os apetece redescubrir de qué forma el juego ayuda a un desarrollo más armonioso de niñas y niños.
Considero que ya es bastante con que los adultos hayamos perdido espontaneidad y ya ni sepamos divertirnos jugando; dejemos en paz a los peques, porque necesitan el juego, serán más felices si juegan mucho tiempo durante esa infancia que un día acabará casi irremediablemente.
Beneficios del Juego
La pérdida del juego en la Infancia nos debería preocupar. Muchas personas (entre las que me encuentro) consideramos que sobre Juego no deberíamos hablar tanto nosotros como los propios interesados… Pero resulta que los más pequeños tienen dificultades tremendas para lograr un equilibrio saludable entre sus necesidades evolutivas y las imposiciones de esta sociedad consumista y deshumanizada. Si unimos a este hecho que no siempre se les tiene en cuenta, encontramos que les resulta difícil hablar sobre ellos mismos, y pedir, ya que no son escuchados.
