A la mitad del tercer trimestre del curso académico, los exámenes parecen estar ya a la vuelta de la esquina, y su cercanía puede aumentar la ansiedad y la inseguridad de los alumnos. ¡Pero no tiene por qué ser así! Una buena planificación y el conocimiento de diversas técnicas de estudio, mejorará la capacidad de los niños para hacerles frente.
Lo ideal es mantener rutinas de estudio estructuradas desde que empieza el curso, pero no todas las situaciones son iguales, y por eso es bueno recordar periódicamente que se puede hacer frente con éxito al periodo académico de mayor estrés desde que las aulas abren durante la primera quincena de septiembre.
No falta mucho para las vacaciones de verano, pero antes las y los estudiantes de Primaria y Secundaria deberán afrontar un duro reto. Sin dudarlo ni un instante afirmo que una educación moderna no debería basar los resultados en la simple calificación numérica, por lo que también deberíamos avanzar en ese sentido: basar el aprendizaje en un Bien o en un Excelente, significa poco si el alumno no es competente en distintas facetas de la vida.
Cómo estructurar una nueva educación y un nuevo seguimiento de los progresos es otro tema, así que me centraré hoy en la preparación de los exámenes mediante técnicas de estudio, que hoy por hoy se ha demostrado se han demostrado útiles y eficientes.
En casa, hay que procurar que el ambiente sea propicio para la concentración: nada de distracciones, gritos o volumen alto. Hay niños que estudian en la mesa de la cocina mientras el padre o la madre hacen la cena, incluso con música bajita, no hay problema siempre que no contribuyan a que haya dispersión.
En general, la lectura, el subrayado y los esquemas, son válidos para preparar un examen adecuadamente, y recordar el contenido el día de la evaluación. Se trata de aplicar el sentido común, para aprender mientras de estudia. La memorización no se recomienda pues aumenta las posibilidades de equivocarse, y sobre todo porque conforme avanzan en su escolarización, el volumen de contenidos es mayor.
Se trata de un método que aglutina todas esas sencillas técnicas conocidas, y las hilvana, para conseguir un mejor resultado. El aprendizaje es tremendamente significativo, y contribuye a que los alumnos integren mucho mejor el conocimiento, adquiriendo destrezas que incrementan su autonomía.
Lectura: los niños se acostumbrarán a la lectura pausada y comprensiva, y este hábito cuesta hoy en día de fomentar, pues las prisas y el desarrollo de la tecnología no contribuyen. Sin embargo sin entender no se aprende, por eso es tan importante.
Subrayado: tras comprender lo leído se subraya lo más importante del texto, utilizando diversos colores si es necesario. Por ejemplo un color para la idea clave, otra para los puntos dentro de ella, y un tercero para la conclusión.
Esquemas: a partir del subrayado, el alumno (a partir de 4º de Primaria) es capaz de esquematizar, dando una estructura gráfica al contenido, que será mejor recordado.
Resumen: el penúltimo paso es capaz de concentrar el 30 por ciento del contenido en unos pocos párrafos.
Memorización: si se realizan correctamente los anteriores, se habrá memorizado el tema, y si se ha dedicado tiempo al desarrollo del estudio, el último día antes del examen, bastará con revisar esquemas y resumen, ampliando (si acaso) la información con el subrayado anterior.
Es importante recordar que sólo la memorización no es efectiva porque memorizar no es aprender, ya que de esta forma el cerebro no asimila bien los contenidos, de hecho, muchos de los hoy adultos no recordamos bien las materias que nos enseñaban en clase. Estudiar de forma práctica para cumplir con un sistema educativo anticuado puede parecer absurdo, pero hoy por hoy sigue siendo efectivo.