La educación musical es muy importante en el desarrollo integral de los niños, e incluida en el currículo escolar contribuye a la mejora de diversas capacidades como la expresiva, influyendo incluso positivamente en la memoria. En el plano personal se obtienen muchas satisfacciones gracias a la presencia de la música en nuestras vidas, que de hecho nos rodea: programas de radio, BSO, listas de reproducción… melodías que tarareamos, ritmos que seguimos mientras movemos nuestros cuerpos.
Al final todos somos consumidores de música, y esto es posible porque hay quien se dedica a crear, movido por inquietudes artísticas. ¿Qué ocurriría si no se enseñara música en los colegios?
Bien es sabido que muchos alumnos reciben formación musical complementaria en las escuelas privadas de música, en los Conservatorios, sin embargo, no está al alcance de todo el mundo, por eso junto con otras reivindicaciones relacionadas con la reciente implantación de la LOMCE, también debemos hablar de la enseñanza musical en las aulas.
En la actualidad la institución que se considera máxima autoridad en materia educativa (o sea: el Ministerio de Educación) hace caso omiso a recomendaciones internacionales relacionadas con el desarrollo de esta materia. La enseñanza de la música dejó de ser troncal en Educación Primaria, y está unida a la Plástica en lo que se viene a denominar Educación Artística; al estimar los responsables de la ley que “podría distraer a los alumnos de contenidos ‘más importantes’”. El número de horas se ha reducido considerablemente a lo largo de las últimas leyes educativas.
¿El resultado? Menos horas de música, y en educación secundaria podría estar afectando a la reducción de plazas docentes, quienes llegarían a tener más alumnos totales que los profesores de estas materias, sin contar con desplazamientos a otros centros, y otros detalles muy importantes, a los que hoy no vamos a prestar atención (a pesar de su relevancia).
Con la decisión de infravalorar la importancia de la educación musical, no sólo se han desatendido los consejos de la Unión Europea y la UNESCO, sino que también se han ignorado los propios informes del Consejo Escolar del Estado. Y este último es (al menos en teoría) el máximo órgano de consulta en materia educativa.
Para entender la importancia de que las niñas y los niños reciban una educación musical de calidad, podemos citar al psicólogo especialista en capacidades cognitivas Howard Gardner, quien señala la inteligencia musical como precursora de una estructura cerebral más rica. La consecuencia de potenciar de forma adecuada la Música en los colegios es que los alumnos reciben de forma única y especial, una ayuda para el aprendizaje de otras materias troncales, como las lenguas y las matemáticas.
La enseñanza musical contribuye así mismo al desarrollo de la motricidad y el ritmo, mejorando las competencias artísticas del alumnado. No menos importante es la educación en el gusto estético que se va a conseguir mediante las clases de música, siempre que su “peso” dentro del currículo sea el adecuado dependiendo de la etapa educativa.
Está demostrado que estudiar música mejora la capacidad de relación, puesto que actuando como el aprendizaje y la expresión de un lenguaje, da seguridad a los niños en su expresión corporal y mejora aspectos cognitivos y auditivos.
Además no podemos negar que la expresión e interpretación musical es una forma excelente de “poner voz” a nuestras inquietudes y a nuestro mundo interior.
Música y emociones: sirviendo a la expresión emocional en la escuela
Y ahora vamos a ocuparnos de la influencia de la música en el reconocimiento, aceptación y expresión ude las propias emociones. De todos es sabido que estas no son atendidas por el sistema educativo por razones vinculadas sobre todo a las ratios, el tiempo de que se dispone, y la preparación de los profesores. Pero la educación musical es “per se” una herramienta que puede ayudar a los alumnos a gestionar emociones, o como mínimo hacer que estén más predispuestos a compartirlas.
Antes de pasar al siguiente apartado, me gustaría aportar un dato interesante, que está relacionado con la satisfacción personal, y en consecuencia con el rendimiento académico: Estudiar música requiere de esfuerzo y concentración, capacidades que se adquieren, y a la vez se ven reforzadas mediante su perpetuación.
¿Enseñar música utilizando las TIC? ¡Claro que es posible!
Hemos querido dedicar el último subapartado a mencionar de qué forma incide el desarrollo de las TIC en la educación musical, puesto que (como no podía ser de otra forma) también tienen cabida en esta materia. Las TIC no solo están contribuyendo a dotar de un formato renovador a la educación, sino que por sus propias características, permitirán el tránsito hacia pedagogías transformadoras, que son las que demandan los alumnos de hoy en día.
Gracias a las TIC cobra sentido la máxima “Que los alumnos sean protagonistas de su aprendizaje”; aunque no olvidemos que se deberían articular mecanismos necesarios para que los docentes recibieran formación específica.
Herramientas como editores de música, actividades online para que los niños experimenten y aprendan en casa, creación de partituras, secuenciación de las mismas para interpretaciones en grupo, etc. Las herramientas nuevas pueden convivir con “las de siempre” enriqueciendo la práctica y la dinámica de las clases.
Y finalizamos recordando que si, necesitamos la música para sentirnos mejor y para aprender de una forma natural y acorde a nuestros intereses.
Imágenes | Wikimedia Commons, bonnie-brown
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