Con solo un rastrillo, arena y su imaginación, Andrés Amador es capaz de crear composiciones fascinantes a la orilla del mar.
"La arena es maravillosa. Cuando voy a la playa, todo está listo para mí, ya que ha sido alisado por el océano", cuenta Amador.
Un arte efímero y eterno a la vez, que en seguida desaparece por acción y efecto del mar y el viento. A veces, tan solo transcurren unos minutos desde que termina de dibujar hasta que las olas bañan la playa, borrando sus creaciones.
Los dibujos le toman al menos 2 horas de trabajo y adoptan formas geométricas que pueden llegar a medir 3 kilómetros de longitud, siempre que empiece a trabajar cuando la marea está baja. Según su autor persigue que los espectadores reflexionen sobre la inmediatez de la vida y sobre cómo la única recompensa del arte debería ser el arte en sí mismo.
Podemos encontrarlo en las playas de San Francisco, en Estados Unidos, aunque también ha recorrido muchos otros lugares para dejar huella con su arte.
A nosotros nos recuerdan a la brisa marina, a las olas rompiendo en la playa y a los surcos de la tierra, ¿y a ti?