Escondido entre las altas montañas suizas y extendiéndose por un brazo del Lago Triftsee, que nace del glaciar Trift, el Puente Trift es un moderno puente colgante que tiene el aspecto de que se va a desmoronar en cuanto se levante una brisa fuerte, pero que de hecho es bastante seguro.
El primer puente fue construido en 2004 para permitir a los trabajadores de la central hidroeléctrica del Trift acceder a una planta de energía situada por debajo del glaciar para recolectar la energía del movimiento del hielo.
En 2009, pocos años después de que el puente original fuese construido, se erigió una segunda versión más robusta que cuelga a través del amplio barranco y que está abierta al público. Hoy, el puente salva una distancia de algo más de 170 metros a una altura de vértigo entre las montañas. A diferencia de su predecesor, el Puente Trift está hecho de gruesos cables de acero sobre los que se han atornillado tablas de madera. A pesar de que no tiene más de cinco años, tiene el aspecto de ser una trampa mortal.
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