Por increíble que sea la Naturaleza, desde la más pequeña brizna de hierba hasta la flor o el árbol más espectaculares, pocas cosas ya nos soprenden. ¿Pero, y si rozáramos la utopía? ¿Qué ocurriría si un árbol diera decenas de frutas distintas? Justamente, lo que ha ocurrido, que la genial idea del artista contemporáneo Sam Van Aken ha maravillado al mundo.
Su árbol se ha bautizado como “Tree of 40 Fruit”, una especie de Frankenstein vegetal que es cualquier cosa menos tenebroso. Aunque el resultado es impresionante, absolutamente mágico, tan sólo se trata de una serie de árboles frutales hibridados, con un resultado único: en él crecen más de 40 tipos de frutas de hueso, incluyendo duraznos, ciruelas, albaricoques, nectarinas, cerezas y almendras.
La variedad cromática en blancos y rosas de sus reventonas flores es otro asombroso resultado obtenido también como consecuencia de este múltiple injerto, con la lógica consecuencia de traducirse en grandes cantidades de frutas en primavera y verano.
Pero no todo es experimentación, productividad y estética. El motivo que originó la idea y llevó a Van Aken a realizarla ha sido la preservación de un huerto de agricultura experimental de Nueva York, que iba a ser cerrado por falta de fondos. En él había árboles de hasta 200 años de vida, muchos de ellos de variedades no comerciales, cada vez más difíciles de encontrar.
Cuando el artista se enteró de que el jardín tenía los días contados ideó esta curiosa iniciativa para evitar que tan valiosa colección acabase perdiéndose. Su proyecto era sencillo de enunciar, pero difícil de llevar a cabo, aunque finalmente ha sido posible integrar muchas de las especies disponibles en un sólo árbol.
Si bien ha necesitado cinco años de duro trabajo para terminar el primero, luego ha conseguido crear quince más mediante la misma técnica y planea crear un jardín lleno de estos maravillosos árboles para crear una atmósfera de ensueño que conciencie sobre la importancia de preservar la Naturaleza.
Fuente: Ecologiaverde.com
