Casitas encaramadas a los pinos, tipis indias en medio de un olivar, casas-cueva en plena sierra, tiendas canadienses en la campiña, yurtas mongolas en paisajes idílicos, jaimas moriscas a orillas del mar y hasta casas flotantes navegando por canales y ríos, todo un nuevo modelo de turismo sostenible.
Es lo que ofrecen las variadas propuestas que se engloban en el amplio concepto del glamping. Adiós a esos tiempos en tiendas de campaña o autocaravanas sufriendo picaduras de mosquito, cocinando con un hornillo de gas y echando de menos una ducha en condiciones. Ahora puedes disfrutar de todas las comodidades de un hotel alojándote entre árboles y bajo las estrellas. El fenómeno del glamping crece de forma exponencial, y España y Portugal cuentan con un sinfín de ofertas de grandísimo nivel.
La oferta es cada vez más amplia para responder a la creciente demanda post pandemia. “Mucha gente busca escaparse de las aglomeraciones para rodearse de naturaleza y poder desconectar de la rutina. Además, hoy en día puedes encontrar glampings que ofrecen los mismos o incluso más servicios que un hotel. En nuestro caso, nuestras cabañas disponen de luz, agua corriente, baño propio y, en tres de ellas, incluso se puede disfrutar de un jacuzzi climatizado en la terraza. Si a todo ello le añades la paz y la tranquilidad que encuentras en medio de la naturaleza, ¡qué más puedes pedir!”, explica Alex López, gerente de Cabanyes entre Valls, glamping ubicando en la Vall de Bianya, en el incomparable marco natural de la Garrotxa. Unas condiciones que se reflejan en el lema del establecimiento: “Desconectar de todo aquello que te rodea para conectar con uno mismo”.
La oferta es cada vez más amplia para responder a la creciente demanda post pandemia. Los usuarios son, en su mayoría, viajeros que ni siquiera habían probado la experiencia del camping ni habían ido nunca antes de acampada, sino que estrenaban su conexión con la naturaleza y la aventura directamente en este tipo de alojamientos. Espacios únicos que, más allá de ofrecer un espacio diferente donde alojarse, proporcionan una vivencia inédita.
Familias con niños y grupos de amigos de todas las edades que buscan compartir experiencias sucumben al fenómeno “La mayoría de personas que se interesan por el glamping viven en ciudades. Buscan desconectar de la vida cotidiana, pero no necesariamente quieren viajar por el país o por Europa. Quieren hacer escapadas de fin de semana o de pocos días. Desean estar al aire libre, pero sin pasarlo mal. El glamping te ofrece todo lo que amas de acampar en plena naturaleza sin nada de lo que odias", explica Rubén Martínez, cofundador de Glampinghub, en la presentación de este portal especializado en reservas de este modelo de alojamiento.
El furor por el glamping es intergeneracional. Tanto familias con niños como pequeños grupos de amigos de todas las edades que buscan compartir experiencias en un entorno cómodo han sucumbido a este fenómeno. De la misma forma, las generaciones más jóvenes, amantes de un turismo activo y sostenible, pero sin que ello signifique renunciar al confort y la conectividad, no han dudado en optar por este tipo de acampada. "Los baby boomers y los millennials buscan un cambio en la forma de viajar y el glamping se adapta bien a ellos: a los primeros, porque buscan comodidad y ya lo han experimentado casi todo; a los segundos, porque siempre buscan experiencias únicas", añade Martínez.
Se trata de un fenómeno muy extendido en el norte de Europa y en Estados Unidos, donde el glamping tiene ya un largo recorrido y cuenta incluso con varias asociaciones de establecimientos y de usuarios. Ahora ha irrumpido con fuerza en España, un destino habitual del turismo camper, pero que tiene todo el potencial para convertirse en referente para los glampers de todo el mundo. Celebrities como Adele, los Beckham, Orlando Bloom, Zack Efron, Dua Lipa o Kate Moss han declarado abiertamente su afición por el glamping, precisamente por esa conexión con el entorno que no ofrece el turismo más convencional y por la amplia diversidad de su oferta, que abarca los lugares, paisajes y climas más diversos.
El concepto no es nuevo, puede remontarse a los grandes safaris de principios del siglo XX. “En lo que coinciden muchos de nuestros clientes es en la sensación de libertad, de intimidad, de sentirse en paz y en calma. Al final se trata de una experiencia única que todos deberíamos probar al menos una vez en la vida. Yo personalmente lo comparo con ir a un restaurante con estrellas Michelin. Restaurantes y hoteles hay muchos, pero comer en un restaurante Michelin o dormir en una cabaña en el árbol no tiene parangón”, añade Álex López, al frente de Cabanyes entre Valls.
El concepto no es nuevo. Puede remontarse a los grandes safaris de principios del siglo XX, con aventureros bien posicionados que no estaban dispuestos a sacrificar las comodidades del hogar por la emoción de la caza, lo que significaba que las tiendas de safari fuesen equipadas con auténticos lujos como generadores eléctricos o bañeras. Otros sitúan los antecedentes del glamping en las suntuosas tiendas que ya instalaban en campamentos militares los generales de las legiones de la antigua Roma o, siglos después, los ejércitos otomanos.
Salvando todas las distancias y, desde luego, con una filosofía muy distinta, el modelo actual también persigue esa sensación de aventura. “Ahora la gente busca una experiencia diferente. Quieren ser aventureros, pero al mismo tiempo quieren un poco de lujo y comodidad. El glamping es el matrimonio perfecto ambos deseos”, señala Anna Schram, la propietaria de Finca Les Coves, que ofrece diversos alojamientos de lo que ella misma define como ecoglamping en la Costa Blanca levantina.
Además, los usuarios de cualquier establecimiento de glamping tienen a su disposición un sinfín de actividades y propuestas en función de la estación del año, ya que otra de las ventajas de este modelo es la posibilidad de poder disfrutar en cada momento de lo que ofrece el entorno. De ahí que las rutas a pie, en bicicleta o a caballo se sumen ahora en primavera a sesiones de meditación, masajes, y yoga al aire libre. Todo ello a la medida del usuario y con el nivel de acompañamiento que desee.
“Una de las cosas que me enamoró de nuestra finca, y me consta que también lo hace con nuestros usuarios, es que tiene unas vistas infinitas. ¿Con qué frecuencia puedes mirar a lo lejos y simplemente ver la naturaleza sin casas ni carreteras? Puede parecer una tontería, pero no es habitual y la verdad es que sólo eso consigue relajarte y ayuda a reencontrarte. Y a pesar de que nuestra finca está situada en medio de la nada, la vida de la ciudad y la playa están al alcance de la mano. De esta manera tienes lo mejor de ambos mundos”, añade Schram.
Nuestro país vecino también es un destino idóneo para una escapada de este tipo. A unos diez kilómetros de la capital, en pleno parque natural de Leiria, el mayor pinar de la península ibérica, encontramos Ohai Nazaré, con cabañas independientes a las que se accede a través de sus propios senderos. Este paraíso del alojamiento outdoor cuenta con spa, piscina climatizada e incluso con un restaurante take away con platos típicos de la región.
En Peniche, paraíso del surf, encontramos Bukubaki, un ecosurf resort ideal para los amantes de los deportes acuáticos, el skate, el ciclismo y el senderismo. Sus tiendas y sus casitas en las montañas son una invitación al relax, con vistas al Atlántico.
Más al norte del país encontramos Glamping Hills. Sus alojamientos eco se ubican en la mayor reserva de la biosfera transfronteriza de Europa, en concreto al lado de la aldea de Santa Comba de Rossas, en Bragança. Sus propietarios buscan ofrecer una escapada que permita conocer de primera mano la gastronomía local y el pasado medieval de la zona, con profusión de actividades orientadas a las familias y que harán las delicias de los más pequeños.
Fuente: La Vanguardia
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