Las abejas son insectos que son una evolución de las avispas y son los agentes polinizadores más relevantes del ecosistema. El avance de la industrialización o el uso de tóxicos son solo algunas de las razones por las cuales contamos con menos de estos insectos en el planeta cada día.
La polinización es el intercambio de polen entre las flores y su principal motivo es lograr la reproducción de cualquier tipo de semilla y de frutas, proceso fundamental para el mantenimiento de la vida sobre la tierra.
De cada 10 cosas que comemos, en al menos 5 han tenido acción directa la polinización de las abejas en un 75% u 80 %. Es decir, sin abejas, no hay polinización y sin polinización no hay comida. Hay 20.000 especies de abejas descritas y se las encuentra en todos los continentes, excepto en la Antártida.
En 2019, coincidiendo con el 15 aniversario de Parques Aventura Amazonia, la Fundación Amigos de las Abejas desplegó una serie de talleres cuyo objetivo fue acercar las abejas a los más pequeños.
Así, 150 niños y niñas de los colegios Félix Rodriguez de la Fuente (Coslada, Madrid) y SanVicente Ferrer (Getafe, Madrid), y el IES Juan de Villanueva (Madrid) estuvieron en los Parques Aventura Amazonia CERCEDILLA y PELAYOS los días 21 y 22 de mayo de ese año aprendiendo sobre la importancia de las abejas para nuestra vida.
En este artículo, el presidente de Reforesta, Miguel Á. Ortega, explica cómo construir nuestro propio hotel de insectos, este tipo de cajas de madera que se construyen para favorecer la llegada de polinizadores. Estas especies son muy importantes para el mantenimiento de los ecosistemas, pero al mismo tiempo están sumamente amenazadas por el cambio climático, los pesticidas y la contaminación.
En Europa existen 1.965 especies nativas de abejas. Y el 9,2% están en peligro de extinción debido a la pérdida de hábitat como resultado de la intensificación de la agricultura, según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Alrededor del 80% de las plantas dependen de la polinización, lo que convierte a los insectos en un eslabón de primera necesidad en el funcionamiento de la vida.
El uso de pesticidas, agroquímicos, la contaminación y el cambio climático merman desde hace décadas la salud de estos polinizadores. Como resultado, se ha visto disminuida su población de un modo alarmante. No solo en Europa.
Construir un hotel para insectos, ya sea en el campo o en la ciudad, es facilitarles un espacio seguro en el que esconderse cuando llega el frío o proteger sus huevos cuando el calor aprieta. En definitiva, un modo de garantizar el aumento de la población de estas criaturas tan necesarias para la supervivencia de los ecosistemas y así evitar el impacto de lo que algunos científicos denominan ya un ‘Armagedón ecológico’.
Si te animas a construir tu propio hotel para insectos, no lo dudes, te será recompensado con creces, pues los beneficios son numerosos para el ecosistema en el que se encuentre. Polinización, aumento de la biodiversidad de insectos y oxigenación (muchos insectos excavan pequeños túneles que facilitan la ventilación del suelo) son algunos de estos beneficios.
La presencia de insectos garantiza la descomposición de la carroña y sus excrementos, lo que aumenta la riqueza natural y fertilización de la tierra
Los hoteles de insectos contribuyen también al fortalecimiento de la cadena alimenticia, porque los animales insectívoros (pájaros, anfibios, reptiles…) encontrarán comida con facilidad. También al control de plagas, pues algunos huéspedes de tu hotel, como las mariquitas, se alimentarán de parásitos vegetales como el pulgón o la cochinilla algodonosa.
Para conseguir un buen equilibrio en el ecosistema de tu hotel, nada mejor que atraer a una gran variedad de insectos, así obtendrás diferentes ventajas de cada uno de tus huéspedes.
Por un lado, puedes invitar a los polinizadores: como los abejorros o las abejas y las avispas solitarias, que no suponen ningún peligro, pues a diferencia de las sociales (con obreras reemplazables en colmenas o avisperos) son independientes y cada hembra debe alimentar a su tribu, una responsabilidad que las obliga a no jugarse la vida con agresiones innecesarias.
A las abejas albañiles las verás levantar tabiques de barro en su habitación para hacer sus nidos y la avispa alfarera moldeará el barro hasta crear su casa en forma de cuenco, hasta donde llevará larvas del escarabajo de la patata y gorgojos para devorarlos en la tranquilidad del hogar.
Otros animales que pueden ocupar suite son las crisopas y las mariquitas, depredadoras de pulgón, cochinillas, mosca blanca, etc. Un plaguicida natural inmejorable para mantener plantas y cultivos a salvo.
Los escarabajos son unos buenos huéspedes también. Desde el escarabajo soldado, que trabaja de polinizador además de comer caracoles y controlar las plagas de pulgón, al errante (come larvas de insectos y babosas) o el del suelo, que extermina a los gusanos del alambre que matan a tus plantas desde la raíz.
En definitiva, podrás colgar el cartel de completo en cuanto lo construyas, pues arañas, tijeretas, moscas de las flores y otros pequeños insectos ocuparán el espacio enseguida. La rentabilidad será máxima.
Para que la estancia de tus huéspedes sea de su agrado, conviene saber qué es lo que más les gusta para poder satisfacer todas sus necesidades y así deseen quedarse.
La madera es el material estrella para la construcción de las paredes. En Reforesta solemos reciclar las cajas de fresas para ello. Cuanto menos tratamiento artificial tenga mejor
La decoración y el diseño, en este caso, corre al gusto del consumidor. Te dejamos algunas pistas de los gustos de tus clientes potenciales:
Cañas huecas o troncos con agujeros: un paraíso para la avispa alfarera, los abejorros, abejas solitarias, mariquitas y sírfidos, si bien a estos últimos le encanta que los huecos estén rellenos de tallos de arbustos.
Ladrillos rellenos de paja y barro son el hogar perfecto para las abejas solitarias.
Un cajón con ranuras lleno de maleza, corteza y hojas es lo mejor para atraer a las crisopas.
La madera hueca (bambú o caña) es la preferida de las abejas albañiles.
Los tiestos de barro boca abajo repletos de paja y madera triturada les encantan a las tijeretas.
El compost con hojas, el estiércol, las piedras… hacen las delicias de los escarabajos
Espiral de cartón o corteza de árbol es lo mejor para que la mantis religiosa se quede cerca.
Si quieres puedes agujerear con un taladro un tronco de madera. Todo lo que se te ocurra para hacer este hotel lo más atractivo posible.
Por último, no olvides que cualquier hotel cinco estrellas goza de una muy buena ubicación, así que te recomendamos que cumplas con algunos de estos requisitos. Por ejemplo, que esté 30 centímetros sobre el suelo y protegido del viento. En zona soleada a poder ser con orientación sur-suroeste. Que tenga un punto de agua cerca, así como plantas y flores (umbelíferas, leguminosas, crucíferas…).
Cualquier esfuerzo que hagamos por estos polinizadores nos reportará un beneficio mucho más grande.
Artículo de referencia: https://reforesta.es/como-hacer-tu-propio-hotel-para-insectos/
Fuente: El Periódico, Reforesta
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