Otras veces ya te hemos hablado de la relación entre la sostenibilidad del medio ambiente y el respeto por la fauna y la flora, hoy vamos a seguir insistiendo.
Los puentes verdes, también llamados ecológicos, son la manifestación práctica que mejor demuestra cómo el hombre puede devolver parte del equilibrio que arrebató a animales y plantas con el imparable desarrollo urbanístico.
En todo el mundo existen ya los puentes verdes, los puedes ver en Nueva Zelanda, Brasil, Kenia, Finlandia, EE.UU., Holanda, Canadá, Singapur, Japón, etc.
Estos auténticos ecoductos o corredores biológicos salvan las vidas de salmones, renos, sapos, cangrejos, monos, pingüinos, elefantes, tortugas, pumas, alces, etc.
Para que te hagas una idea, tan sólo en EE.UU. se calcula que cada día son atropellados y muertos un millón de animales. Y todo es porque nuestras carreteras atraviesan los bosques por donde ellos antes transitaban.
Te ponemos unos cuantos ejemplos: el puente subterráneo azul para pingüinos en Nueva Zelanda, el de cangrejos en Isla de Navidad o los pasos superiores para alces y pumas en el Parque Banff National de Canadá.
También está el túnel para elefantes en Kenya, las escaleras de cuerda en Hume Higway (Victoria) para cangrejos o las de agua en California para salmones y, como no, para las preciosas y lentas tortugas, los túneles en los raíles del tren en Kobe (Japón).
El país que lidera la restauración de los espacios verdes que recuperan las vías de tráfico para los animales, es Singapur.
El Ecolink es un puente que une dos reservas naturales en el que se han plantado 3.000 árboles y viven multitud de especies, desde mamíferos hasta aves, destacando el pangolín un mamífero prehistórico y endémico de la zona.
Además, este gran país está a la cabeza de la armonización de los espacios verdes dentro de las mega ciudades, como ya te contamos en nuestro post Singapur, ejemplo de las nuevas ciudades verdes.
Por su parte China, el gigante asiático, proyecta la construcción de una ciudad bosque. Estará situada en el sur de China y será finalizada en 2020. Diseñada para que vivan 30.000 personas, estarán rodeadas de un bosque con 40.000 árboles y 1.000.000 de plantas.
La ciudad “descansará” sobre las aguas de la Polinesia francesa. China se ha tomado muy en serio este mega proyecto pues en ese país mueren diariamente unas 4.000 personas por problemas causado por la polución del aire.
Ya sabes, donde hay una carretera antes había un animal paseando ¿no te parece apropiado que el ser humano devuelva a la naturaleza lo “robado” incorporando plantas y bosques a sus ciudades? ¡¡Seguro que nos lo agradecerá!!
© Texto de Aventura Amazonia
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