No es fácil pasar el casting de Rachel Sussman, una prestigiosa fotógrafa que captura lo nunca visto. Y no, no anda buscando jovencitos carismáticos, ni siquiera modelos revelación. Aquí lo que prima es la edad. Cuanta más, mejor, a ser posible, desea que sus modelos cuenten por miles sus primaveras.
En efecto, desde 2004, esta artista estadounidense ha estado fotografiando a los organismos vivos más longevos del planeta y su resultado puede contemplarse, admirarse hasta el asombro perpetuo en su libro The Oldest Living Things in the World.
Hallar a sus modelos es toda una odisea. Esta gran aventura la vive junto con un grupo de biólogos, con quienes forma un equipo que va recorriendo el mundo en busca de los seres vivos más antiguos. Andan y desandan caminos de todo tipo, en laboratorios, bibliotecas y los lugares más remotos hasta dar con ellos e inmortalizarlos, congelando sus imágenes en maravillosas fotografías.
Su fascinante trabajo ha conformado un álbum de imágenes inéditas de seres vivos que habitan en todo tipo de sitios, desde los áridos desiertos de África y América del Sur hasta las profundidades de los océanos. Sus protagonistas son árboles centenarios de especies milenarias, líquenes que crecen sólo un centímetro cada siglo, musgos y un sinfín de organismos que habitan la Tierra de forma silenciosa desde la noche de los tiempos.
En Groenladia fotografió a los líquenes, en Australia encontró estromatolitos, organismos prehistóricos relacionados con la oxigenación del planeta y los inicios de la vida. O, por ejemplo, en el desierto de Atacama de Chile capturó esa gran mancha verde de aspecto bulboso que abre el post y llega a vivir 3.000 años, llamada Llareta.
Cada uno de sus hallazgos constituye todo un espectáculo visual, una imagen detenida que nos transporta en una extraña máquina del tiempo a mundos desconocidos, vibrantes. El Pando o Gigante tembloroso, una colonia clonal de unos 80.000 años y 6.000 toneladas, la Lomatia tamanica, un arbusto de más de 43.600 años o los Sugi, unos árboles oriundos de Japón que rondan los 7.000 años han iluminado otros de sus paisajes.
Para terminar, os dejamos esta interesante charla de la propia Sussman en la que explica los pormenores de su proyecto, que ella define como "mitad arte, mitad ciencia"
Fuente: Ecología Verde