En Irlanda del Norte hay un puente colgante con más de 350 años de historia que se encuentra suspendido a 30 metros de altura sobre las olas rompientes. Este pequeño puente, que apenas mide 20 metros de punta a punta, es lo único que conecta la minúscula isla de Carrickarede con el continente.
Cruzarlo es una experiencia tan impresionante que a menudo, muchos visitantes tienen que regresar en ferry de la isla, porque se sienten incapaces de atravesarlo por segunda vez.
Aunque la isla está deshabitada, el puente lleva en uso cientos de años, pues ya a finales del siglo XVIII los pescadores de salmón venían aquí para faenar en las solitarias aguas que rodean la isla. De hecho, hasta los años 70 del siglo XX, el puente de Carrickarede no era más que unos pocos listones de madera con una cuerda guía para agarrarse… ¡todavía más peligroso que ahora!
Lamentablemente, la pesca continuada en la zona a lo largo de tantas décadas ha hecho disminuir la población de salmón, de forma que ya no compensa como zona de pesca. Sin embargo, el puente colgante permanece, aunque ahora sus listones de madera están sujetos por cables de metal y cuerda, lo que no significa que cruzarlo sea menos impresionante… muchos turistas lo visitan cada año para disfrutar de las increíbles vistas de la isla y del paraje que la rodea.
Fotos (CC) Nuffcumptin, Samya Serin y Jennifer Boyer en Flickr.
